TORO
la constelación
Júpiter se transformó en toro para engañar a la joven Europa. Se internó en el mar con ella hasta llegar a Creta. Con la descendencia de Europa se inició la dinastía de los reyes de Creta.
Quizá las constelaciones del Toro y del León hayan sido las constelaciones que se crearon primero. El Toro representaba la primavera y el León, el verano. Ambos animales reemprendían todos los años una lucha mortal que siempre ganaba el León. De esta representación inicial procede el Toro Celeste de la cultura Mesopotámica que después aparecería en la Epopeya de Gilgamesh.
Los mitos griegos en que los toros adquirían un papel importante procedían de Creta. Una explicación de estos mitos cretenses es que en ellos se cuenta de forma alegórica el dominio de la diosa Luna sobre el Sol encarnado en un toro. La relación del toro y la Luna vendría de que los cuernos del toro semejan a la Luna en cuarto creciente y de que, tanto la Luna como el toro, son símbolos de fertilidad.
las estrellas
Asterismo. Hexágono de invierno. Uniendo las estrellas más brillantes de las noches invernales (excepto Beltegeuse de Orión que queda en el centro) se obtiene la figura de este gran asterismo. Las estrellas son Aldebarán de la constelación del Toro (alfa Tau), Rigel de Orión (beta Ori), Sirius del Can Mayor (alfa CMa), Proción del Can Menor (alfa CMi), Cástor de Gemini (alfa Gem) y Capella de Auriga (alfa Aur).
Asterismo. Gran G o G Celestial. Parecido es el asterismo llamado Gran G que incluye el asterismo Hexágono de invierno, pero incluyendo a Beltegeuse. Está formado por Aldebarán (alfa Tau), Capella (alfa Aur), Cástor (alfa Gem), Pólux (beta Gem), Proción (alfa CMi), Sirius (alfa CMa), Rígel (beta Ori), Bellatrix (gamma Ori) y Betelgeuse (alpha Ori).
α (alfa)Tauri. Es la decimotercera estrella más brillante. Esta gigante roja por su posición en el cielo siempre ha tenido mucha importancia. En la antigüedad su orto heliaco (su amanecer) coincidía con la llegada de la primavera. De ahí proviene otro de los nombres de esta estrella que se mantiene en las guías astronómicas, Palalicium, esto es, la estrella de Palas, la diosa de las cosechas y de los rebaños.
Aldebarán es, por otra parte, una de las pocas estrellas brillantes que la Luna oculta en su recorrido. Ya en Atenas, en el año 509 a.C., se hizo una observación de este hecho. A causa de haber sido observada desde la antigüedad, hay registros de Aldebarán, lo mismo que de Sirio y Arturo, en varios catálogos de diferentes épocas. Con estos datos y los que tomó Edmond Halley de otras estrellas brillantes, el astrónomo pudo afirmar que las estrellas tienen un movimiento propio.
β (beta) Tau. Por estar situada en la frontera del Auriga, en algunos catálogos aparecía como perteneciente a dicha constelación con la letra Gamma. Es una estrella gigante de color azulado. Se halla situada exactamente en el lado opuesto del centro de la Vía Láctea, el cual, visto desde la Tierra, se encuentra en la constelación de Sagitario.
RW Tau. Estrella del Anillo. La primaria azul de esta doble se halla rodeada de una especie de anillo rojizo. La secundaria es de color naranja y gira alrededor de la primaria. En ciertos momentos de su órbita, la primaria cambia de espectro produciéndose efectos que recuerdan los eclipses de Sol. RW Tau, que da el nombre a un tipo de estrella variables, tiene la magnitud 9,6.
los exoplanetas
ε (épsilon) Tauri. Estrella con exoplaneta. La estrella Épsilon Tauri (magnitud 3,5) tiene, al menos, un exoplaneta del tipo gigante gaseoso con 7,6 veces más masa que Júpiter. El exoplaneta rodea la estrella en una órbita casi circular.
Sistema exoplanetario. HD 37124. La luz de la estrella, una enana amarilla de magnitud 7,6, tarda en llegar a la Tierra 107 años. Aunque los tres exoplanetas que posee son del tipo gigante gaseoso, uno de ellos, HD 37124 c está situado a igual distancia que la Tierra del Sol, siendo su año de 391 días. Si el exoplaneta del tipo Júpiter tuviera algún satélite, podría contener vida.
CIELO PROFUNDO
Híades o Cúmulo Móvil de Taurus. Melotte 25. Cúmulo abierto. Mirando a la frente del Toro se divisan a simple vista cinco o seis estrellas de este cúmulo abierto que en realidad contiene 350 estrellas. Las estrellas de las Híades están inmersas en la corriente del Toro, el cual las arrastra todas juntas en dirección a la estrella Beltegeuse (alfa Ori). Este desplazamiento y la evolución de las estrellas harán que en el futuro los habitantes de la Tierra, que ahora las ven con facilidad por su magnitud 0,5, necesiten telescopios para detectarlas. Cabe destacar que los griegos imaginaban en este cúmulo unas ninfas; los romanos, unos marranos (Suculae); y los árabes, una manada de camellos.
Pléyades. M45 (Mel 22). Cúmulo abierto. También llamadas las Siete Hermanas, las Cabrillas y el Pequeño Carro. Este último nombre responde a su parecido al asterismo de la Osa Mayor. El cúmulo de las Pléyades sirve para comprobar la agudeza visual. Las personas con una vista normal verán cinco o seis estrellas a ojo desnudo. Estas personas son capaces de distinguir estrellas de entre la magnitud 3 y 5 y con toda seguridad verán la estrella de 2,8 magnitud llamada Alcione, que es la más brillante del cúmulo. Algunas veces observarán la estrella llamada Pleyone, y otras veces no, pues se trata de una estrella variable que oscila entre la magnitud 4,5 y 5,5. Las personas de muy buena vista, en cambio, podrán ver ocho o nueve estrellas, esto es, las estrellas que llegan a la magnitud 6 que es el umbral de visión de los seres humanos. Con unos buenos prismáticos o un telescopio modesto se llegan a ver entre 30 y 50 estrellas, aunque el cúmulo contiene en torno a 2.000 estrellas. Hay que decir que las Pléyades son estrellas relativamente jóvenes. Su aparición se remonta a unos 60 millones de años, los tiempos en los que estaban surgiendo los mamíferos en la Tierra. Las Pléyades han sido conocidas en diferentes culturas y, concretamente, en la antigüedad clásica eran celebradas por traer la lluvia.
Nebulosa Tempel. NGC 1435. La nebulosa más brillante de las Pléyades fue observada en 1859 por Wilhelm Tempel. La observó con un telescopio refractor y dejó prueba de su descubrimiento con un dibujo.
Nebulosa Mérope. IC 349. Contrariamente a los que es habitual, la nebulosa que rodea a las Pléyades no dio origen a sus estrellas, sino que se trata de una nebulosa independiente que se ha cruzado en el camino del famoso cúmulo. IC 349 fue catalogada por el astrónomo Edward Emerson Barnard y por ello también se la conoce como la nebulosa Merope de Barnard. IC 349 brilla porque refleja la luz de la muy cercana estrella Merope. Los brillos y formas especiales de la nebulosa se deben tanto a la proximidad de la estrella, como al avance de la nebulosa hacia ella. La nebulosa acabará sobrepasando la estrella o en su encuentro acabará destruida.
Nebulosa Maya. NGC 1432. Forma parte de la brillante nebulosa que atraviesa las Pléyades y que se extiende con un color azul difuminado en torno a la estrella Maia.
Nebulosa Electra. vdB 20. Nebulosa asociada a una de las estrellas de las Pléyades llamada Electra. Es una nebulosa brillante por reflexión, esto es, su brillo (magnitud 11,6) procede de la estrella a la que acompaña.
Nebulosa del Cangrejo o Taurus A. M1 (NGC 195). Nebulosa. En China en el año 1054 se percataron de que en el cielo había una nueva estrella. Apareció el 4 de julio y durante unos veinte días brilló incluso más que el planeta Venus. En abril de 1056 la nueva estrella desapareció. En el país oriental se dejaron numerosos testimonios de la nueva estrella, pero en Europa no ha quedado ninguno. Hubo que esperar al siglo XVIII para que Charles Messier recogiera los restos de la estrella en su catálogo como M1.
Lo que observaron los chinos fue el estallido de una supernova y lo que anotó Messier fue la nebulosa resultante. En el siglo XIX el conde de Ross apuntó su telescopio hacia M 1 (magnitud 8,4) y observó unos filamentos que recordaban las pinzas y las patas de un cangrejo. Desde entonces se la conoce como la Nebulosa del Cangrejo.
Se sabe que el remanente de supernova se expande a una velocidad de 1.500 km/s. En el centro hay una estrella comprimida que rota sobre sí misma 30 veces por segundo. Es un pulsar que emite en cada giro un haz de radiación hacia la Tierra. Estas emisiones de radio fueron recogidas por primera vez en 1967, siendo el pulsar de la Nebulosa del Cangrejo el segundo descubierto.
Nebulosa Variable de Hind. NGC 1555. Nebulosa brillante que rodea a la estrella T Tauri. La estrella, de magnitud 5,7, varía ligeramente de brillo.
Nebulosa Perdida de Struve. NGC 1554. En 1958 el astrónomo ruso Struve dijo que había descubierto otra nebulosa asociada a T Tauri, pero el caso es que nadie más la ha vuelto a detectar. Por eso a NGC 1554 se la conoce también como la Nebulosa Perdida de Struve.