fastos
Publio Ovidio Nasón
Introducción:
Tras la guerra contra los Gigantes, la última gran batalla de los Olímpicos fue contra el monstruoso Tifón. Venus y Cupido, poco dados a las armas y a la sangre, huyeron lejos de la batalla.
Ante la sospecha de que Tifón se acercaba, Venus y Cupido se montaron en unos peces para sumergirse en el río Éufrates.
La delicada Venus y su hijo Cupido prefirieron escapar del amenazador Tifón. En su huida los dioses del amor llegaron hasta las orillas del río Éufrates. Todo parecía tranquilo. El suave murmullo de los álamos y de los sauces y el acariciador balanceo de las cañas en las orillas les hicieron sentirse seguros.
Venus creyó que se trataba de los primeros indicios de los huracanes que anunciaban el avance de Tifón. La diosa abrazó a su pequeño para protegerlo y habló a las aguas de rió:
— ¡Ayudad a una madre y a su hijo, ninfas acuáticas! ¡Auxiliad a dos dioses!
Dos peces asomaron sus cabezas. Venus y su hijo se adentraron en el río y cabalgaron sobre ellos hacia las profundidades.