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PELIGRO EN LA ESTACIÓN ESPACIAL

Entre las tareas de los tres tripulantes del Skylab, una de las primeras estaciones espaciales estadounidenses, estaba realizar una serie de experimentos científicos y médicos.

La misión Skylab III constaba de tres tripulantes y durante el acoplamiento de su nave a la estación espacial surgieron problemas que hicieron pensar en el centro de control de la NASA que habría que ir a rescatarlos.

Tal fue así, que se preparó una nave Apolo para traerlos a la Tierra. Finalmente, no fue necesario, transcurriendo el resto de la misión con normalidad. Lo que nadie podía imaginar es que el peligro procedía del interior de la estación espacial.

RESPIRANDO AIRE ENVENENADO

Los análisis del aire mostraron que durante los dos meses que los astronautas permanecieron en la estación espacial habían respirado 107 productos químicos orgánicos volátiles (COVs)

Este fue el punto de partida para que los COVs fueran objetos de numerosos estudios.

En 1989 la EPA presentó un informe al Congreso de EEUU en el que se había contabilizado en los edificios públicos más de 900 COVs, algunos de ellos realmente peligrosos para la salud.

Los COVs se convirtieron desde entonces en uno de los grandes problemas para los organismos encargados de velar por las condiciones de trabajo y de la sanidad.

Es así como surgieron términos ahora habituales como «contaminación interior», «edificio enfermo» e «higiene ambiental».

EL EXPERIMENTO DE LA BIOCASA

La NASA, percatándose de la amenaza que suponían los COVs para la colonización del espacio, construyó una Biocasa experimental. La Biocasa tenía capacidad para una persona y estaba cerrada herméticamente para aprovechar al máximo el aire y la energía.

Además, se incorporaron diversos medidores (espectrógrafos, cromatógrafos, etc). Estos medidores constataron lo que era evidente para los científicos que entraban en la Biocasa.

Al poco tiempo de permanecer en su interior padecían algunos síntomas característicos del «síndrome del edificio enfermo», a saber, picor en los ojos y molestias respiratorias que indicaban una importante contaminación.

Uno de los científicos contratados por la NASA para realizar la investigación en la Biocasa, el doctor en biología B.C. Wolverton, introdujo plantas que fueron capaces de absorber la mayoría de los compuestos orgánicos volátiles de forma natural.

PLANTAS FILTRADORAS DEL AIRE CONTAMINADO

Wolverton demostró que las plantas, incluso las contenidas en macetas, tienen capacidad para filtrar grandes cantidades de aire contaminado en ambientes cerrados.

De hecho, tras dejar actuar a las plantas, ya no picaban los ojos ni se respiraba mal. Incluso un estudiante que pasó una temporada en la Biocasa no presentó los síntomas del edificio enfermo.

Los estudios de Wolverton se fueron perfilando en años sucesivos en colaboración con el centro John C. Stennis Space Center con el objetivo evaluar los beneficios de las plantas en futuros asentamientos en la Luna o en Marte o en la Estación Espacial Internacional (ISS).

Otros estudios realizados en diferentes países y por investigadores independientes han confirmado que las plantas, además de transformar el CO2 en oxígeno, tienen el poder de fitorremediación para absorber sustancias peligrosas.

LOS COMPUESTOS VOLATILES DAÑINOS

Los compuestos volátiles se respiran con el aire de los lugares de trabajo y de las mismas casas. Proceden de los muebles, las pinturas, los pegamentos, las lacas, las moquetas, las impresoras, las fotocopiadoras, los barnices, el humo del tabaco, etc.

Cuando alguien se pinta las uñas o utiliza cualquier producto de limpieza probablemente esté respirando productos químicos COVs. Algunas de los COVs más problemáticos son el benceno, el xileno, el tricloroetileno, el tolueno y el formaldehído.

PRODUCTO  INGREDIENTE  EFECTO
Limpiadores domésticos Polvos y limpiadores abrasivos Fosfato de sodio, amoníaco, etanol Corrosivos, tóxicos e irritantes
Limpiadores con amoniaco Amoníaco, etanol Corrosivos, tóxicos e irritantes
Blanqueadores Hidróxido de sodio, hidróxido de potasio, peróxido de hidrógeno, hipoclorito de sodio o calcio Tóxicos y corrosivos
Desinfectantes Etilen y metilen glicol, hipoclorito de sodio Tóxicos y corrosivos
Desatascadores Hidróxido de sodio, hidróxido de potasio, hipoclorito de sodio, ácido clorhídrico, destilados de petróleo Extremadamente corrosivos y tóxicos
Pulidores de pisos y muebles Amoníaco, dietilenglicol, destilados de petróleo, nitrobenceno, nafta y fenoles Inflamables y tóxicos
Limpiadores y pulidores de metales Tiourea y ácido sulfúrico Corrosivos y tóxicos
Limpiadores de hornos Hidróxido de potasio, hidróxido de sodio, amoníaco Corrosivos y tóxicos
Limpiadores de inodoros Ácido oxálico, ácido muriático, para diclorobenceno e hipoclorito de sodio Corrosivos, tóxicos e irritantes
Limpiadores de alfombras Naftaleno, percloroetileno, ácido oxálico y dietilenglicol Corrosivos, tóxicos e irritantes
Productos en aerosol Hidrocarburos. Inflamables Tóxicos e irritantes
Pesticidas y repelentes de insectos Organofosfatos, carbamatos y piretinas Tóxicos y venenosos
Adhesivos Hidrocarburos Inflamables e irritantes

LOS PROBLEMAS DE LOS ESPACIOS CERRADO

Todas estas sustancias son capaces de provocar enfermedades graves en los seres humanos como cáncer, asma, y trastornos neurológicos y reproductivos.

La Organización Mundial de la Salud ha alertado que la contaminación interior en muchas ocasiones es superior a la del exterior de los edificios.

Hay que tener en cuenta que en los países desarrollados las personas llegan a permanecer en espacios cerrados el 90% de su tiempo. Fatiga, dolor de cabeza, nerviosismo, sequedad en los ojos, irritación en la nariz y en la garganta, congestión, etc., son síntomas típicos de los edificios enfermos.

La OMS estimaba en el año 2002 que 1,6 millones de personas morían por permanecer en espacios cerrados contaminados. Por supuesto, la contaminación interior es una de las causas de las bajas laborales y del fracaso escolar.

Tanto es así que la higiene ambiental se ha convertido en uno de los grandes problemas de salud que afrontan los gobiernos de todo el mundo.

La solución a la contaminación pasa por tomar medidas simples como airear frecuentemente los espacios interiores (si no se está en una zona en que haya mucha contaminación exterior) y poner plantas. Bill Wolverton y otros investigadores han determinado qué plantas de interior actúan mejor como biofiltros.

LAS PLANTAS QUE LIMPIAN EL AIRE

En líneas generales se deben colocar en los interiores varias plantas diferentes de hoja larga. Algunas de esta plantas son el aloe vera, que absorbe el formol; la dracaena, el formaldehído; el crisantemo, el benceno, etc. Reducen el xileno y el tolueno las arecas, las orquídeas y las palmeras enanas; el benceno, los crisantemos, las cintas y los espatifilos; y el formaldehído los helechos, las cintas y los potos.

Todas estas plantas poseen también la virtud de mantener la humedad del ambiente en porcentajes buenos para la salud y de, a su vez, impedir la aparición del moho. Si se desea más información sobre qué plantas son las adecuadas para los interiores de los lugares de trabajo y de las casas, es fácil encontrarla en varios libros y en internet.

Todas estas plantas poseen también la virtud de mantener la humedad del ambiente en porcentajes buenos para la salud y de, a su vez, impedir la aparición del moho.

Si quieres más información sobre qué plantas son las adecuadas para los interiores de los lugares de trabajo y de las casas, en el próximo artículo de NOMBRES DEL UNIVERSO se dará un listado.

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