MITO DE JASÓN Y MEDEA
PERDIDAMENTE ENAMORADA
Cupido acertó en el corazón de Medea, pero no se molestó en lanzar ninguna flecha a Jasón. Esa noche la princesa Medea sufrió porque no quería amar a Jasón. Pensó que la manera de terminar con su desasosiego era suicidarse tomando alguno de los bebedizos que conocía por ser súbdita de Hécate, la diosa hechicera. Medea sabía que Jasón sólo había venido por el Vellocino de oro y que había atravesado ríos y mares para llevárselo a su lejana tierra con el fin de que Pelias le devolviera el reino que le pertenecía. Medea, que amaba a su familia y a su patria, se rindió al amor. Decidió liberarse de su angustia abandonándose a una pasión irrefrenable con todas sus consecuencias.
Tras ellos fue Apsirto, el hermano de Medea, con una flota llena de guerreros. Logró acorralar a los argonautas. Jasón fue a parlamentar con Apsirto, el cual le ofreció un trato: se podía llevar el Vellocino si, a cambio, le entregaba a Medea. Jasón aceptó. Medea, que no concebía separarse de su amado, tejió una maraña de desencuentros entre los hombres que habían decidido su destino que condujo a que Jasón tendiera una emboscada a Apsirto y lo matara por la espalda. La astucia explicaba el robo del Vellocino dorado; el amor atenuaba el hecho de que Medea hubiera desobedecido a su padre; pero nunca habría justificación para un crimen fratricida por lo que los dioses dieron las espaldas a los amantes.
De acuerdo con lo pactado, el viejo rey Pelias debía entregar el reino a cambio del Vellocino de oro. En vez de eso, mató a la familia de Jasón y se había encerrado en su fortaleza. Medea no lo dudó. Si su hombre quería ser rey, ella le haría rey. Disfrazada de anciana, se presentó ante Pelias diciéndole que, si sus hijas seguían sus instrucciones al pie de la letra, era capaz de devolverle la juventud con su magia. El viejo Pelias se tomó un brebaje que le durmió. Siguiendo las órdenes de Medea, las hijas lo descuartizaron vivo con unos cuchillos afilados.
El crimen fue tan espantoso que Jasón no se atrevió a reclamar su reino. Marcharon a Corinto donde Medea tenía ciertos derechos al trono. Gracias a la oportuna y sospechosa muerte del rey, su hombre fue por fin coronado rey consorte. Sin embargo, a Jasón no le bastaba con un reino y proyectó casarse con Glauce, la princesa del reino vecino. Medea admitió, con aparente resignación, ser repudiada y propuso que la boda se celebrase en su propio palacio. Como regalo de boda, Medea entregó a Glauce un bellísimo traje. Al ponérselo, el traje ardió. El padre de Glauce intentó salvarla, pero las llamas también prendieron en él y ambos, corriendo de un lado a otro, incendiaron el palacio. Medea, aprovechando la confusión, mató sin pestañear a los dos hijos que había tenido con Jasón. Acto seguido desapareció subida en un carro tirado por serpientes aladas
Más tarde, el Vellocino de oro, en una noche limpia de nubes, subió al cielo. Es la constelación de Aries.